Suave, cremoso, ligero, y muy saludable, el yogurt forma parte de la dieta de todos los pueblos del mundo.
Desnatado, con fruta, sin lactosa, con sabores, enriquecido o mezclado con cereales, es un postre o un desayuno estupendo, pero también puede convertirse en una suculenta sopa, una delicada salsa o un apetitoso guiso.
El yogurt es un alimento muy antiguo al que se le atribuyen algunas propiedades terapéuticas. Según los persas, el método para preparar yogurt le fue revelado a Abraham por un ángel y a él se debió la fecundidad y longevidad de este personaje bíblico.
Persas, siros, tártaros, griegos, judíos, búlgaros, finlandeses, noruegos, rumanos…
han consumido desde siempre yogurt o algún alimento similar, y gracias a la fermentación de la leche conseguían disponer de productos lácteos en cualquier época del año, conservarlos durante meses y evitar ciertas enfermedades transmitidas por la leche fresca.
Yogurt, kéfir, leben, taete, ketch son algunos de los nombres por los que diferente pueblos designan a este versátil alimento.
Se puede elaborar con cualquier leche, desde la de vaca, hasta la de oveja, cabra o búfala.
Beneficios del yogurt
- Alivia los dolores gastrointestinales, ya que durante su cultivo aumenta el valor biológico de proteínas que estimulan las secreciones hepáticas e intestinales.
- Mitiga los efectos de los antibióticos.
- Aumenta el apetito y estimula la digestión.
- Mejora la absorción del calcio y el fósforo.
- Previene la disentería ya que las bacterias del ácido láctico eliminan ciertos agentes patógenos, entre los que se encuentran los causantes de esta enfermedad.
- Purifica y da buen color a la piel.
- No incide en los niveles de colesterol en sangre.
Y aunque tenga tantos beneficios, es un alimento pobre en aporte proteico, sirve para completar y equilibrar la dieta.
En la cocina:
Además de consumirse tal cual, se puede emplear en multitud de recetas tanto dulces como saldas. No conviene calentarlo por encima de los 40º, ya que pierde sus cualidades.
Combina estupendamente con toda clase de frutas, sobre todos las bayas y los frutos secos ablandados previamente, ya sean ciruelas, melocotones, bayas, dátiles o higos.
Es el sustituto perfecto de la leche en los desayunos de cereales, hasta el punto de que ha llegado a comercializarse de esta forma.
También se puede emplear para preparar sorbetes, que resultan realmente cremosos y delicados.
Sirven para aligerar salsas y preparar aliños de ensaladas con toque especialmente ácido.
Se puede servir con las patatas cocidas en sustitución de la crema agria.
Hace buena pareja con el pepino, la sopa de yogurt con pepino es uno de los platos típicos de la cocina griega, y en general acompaña bien a todos las verduras cocidas.
Aquí te dejamos una sugerencia de aliño para ensaladas y no dejes de ver nuestra salsa de yogurt.
Batir un yogurt natural con dos cucharadas de aceite, media cucharada de vinagre de manzana, una cucharada de pepino picado finamente y ajo.
Y servir frío sobre una ensalada verde.Y si te ha gustado este artículo
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