Publicado primero en la Revista Digital Y Ahora Qué Cocino? Junio 2016
La intolerancia a la Lactosa, artículo escrito por Oriol Sans Farell – Presidente fundador de ADILAC.
la glucosa y la galactosa.
Un poco sobre la intolerancia a la lactosa
Para entender que es la intolerancia a la lactosa primero es necesario explicar precisamente que es la lactosa.
La lactosa es un azúcar, concretamente un disacárido, que se encuentra en la leche de todos los mamíferos: la vaca, la cabra, la oveja, y en la de los propios humanos.
Nuestro organismo, para digerir la lactosa, necesita desdoblarla en sus dos azúcares.Una vez convertida en los dos monosacáridos si que pueden ser absorbidos por nuestro organismo.
Para realizar esta función disponemos de un enzima que se produce en el intestino delgado llamado lactasa, pero si no hay su ciente cantidad de este enzima, la lactosa digerida parcialmente pasa al intestino grueso y provoca una serie de molestos síntomas como:
- Hinchazón
- Distensión abdominal
- Dolor de barriga
- Gases
- Diarrea, etc.
Pero esta sensibilidad a la lactosa varia ampliamente según la persona, algunas personas notan sus efectos de forma inmediata después de consumir pequeñas cantidades, mientras que otras tienen un nivel de sensibilidad más bajo.
Y es precisamente en esos casos cuándo se hace más difícil asociar la relación causa-efecto existente entre la ingestión de un producto con lactosa y sus síntomas derivados de la mala-absorción.
Esta variabilidad en la sensibilidad se ha relacionado con el hábito cultural de tomar leche, así aquellas poblaciones que han sido tradicionalmente “ganaderas” y que se han alimentado generación tras generación de la leche de los animales, presentan menos casos de intolerancia a la lactosa que otras poblaciones no acostumbradas a su consumo.
En los países del norte y centro-europa encontramos muy bajos niveles de intolerantes (1-5% de la población), y en cambio en los países asiáticos y africa- nos presentan altos niveles (80-99% de la población).
En la parte media están los países mediterráneos como España que se moverían en un término medio, el 34% de la población con algún grado de intolerancia, diagnosticada o no, según la –EFSA European Food safety Authority -.
Cuando la intolerancia es de carácter primario o genético, es decir no está causada por otra causa primaria inicial como puede ser una intolerancia al gluten, un virus, o el propio proceso de adaptación a la leche en el bebé, es crónica y progresiva.
Se produce una pérdida progresiva de la producción de la lactosa, y por tanto una pérdida gradual de la capacidad de digerir la leche.
Por tanto, las personas con esta intolerancia van notando como la ingesta de leche les causa cada vez más síntomas, primero es un vaso de leche, después el queso de una pizza, y así progresivamente con el resto de alimentos que contengan lactosa.
Y la única curación posible es la eliminación de la dieta de los productos que contengan lactosa.
Vivir con la intolerancia a la lactosa
¿Pero cómo nos afecta la intolerancia a la lactosa a nuestra vida diaria?
El principal problema para los intolerantes al azúcar de la leche o lactosa es que aunque se encuentra de forma evidente en la leche, los quesos, las mantequillas, los pasteles, los panes, etc.
Y en todos aquellos alimentos que para su elaboración se han utilizado productos lácteos o derivados, con frecuencia la lactosa se esconde en otros productos y a veces con otros nombres en:
Productos procesados como los embutidos
- Fiambres
- Panes
- Purés
- Sopas, etc.
Sin que puedas imaginarte en absoluto que puedan haber utilizado la lactosa para su fabricación.
¿Sabías que la lactosa se utiliza en la mayoría de medicamentos como excipiente? Otro problema añadido con el que nos encontramos los intolerantes cuando hemos de medicarnos.
¿Y qué pasa si no detectamos la intolerancia y continuamos tomando lactosa?
Entonces la lesión de la mucosa intestinal cada vez se hará más grande y será más difícil de solucionar provocando muchos otros síntomas de tipo sistémico.
Por eso es muy importante su detección a tiempo. Y en este sentido el principal método de detección utilizado actualmente es el test del hidrógeno en el aliento, que consiste en que al paciente se le suministra una solución de agua con lactosa y a intervalos posteriores de tiempo se le hace soplar en un instrumento de medición parecido a un alcoholímetro, de donde se recogen muestras.
Si se detecta un incremento destacable de hidrógeno en la respiración esto nos indicará que el azúcar ha llegado al intestino grueso no habiendo sido bien digerido en el intestino delgado y nos provocará los clásicos síntomas de nuestra intolerancia.
Otro aspecto que no debemos olvidar los intolerantes a la lactosa es que la falta de leche en la dieta puede producir dé cits nutricionales importantes como son la falta de calcio, vitamina D, ribo avina y proteínas.
Por tanto, recomendamos consumir productos ricos en estas substancias.
Por suerte la naturaleza es sabia y nos ofrece muchas fuentes alternativas de obtención de calcio como pueden ser el pescado, sardinas, salmón, gambas, col o las almendras.
¿Sabías que 100 gramos de almendras contienen el doble de calcio que 100ml de leche?
Oriol Sans Farell
Presidente fundador de ADILAC
Más información: info@lactosa.org / www.lactosa.org
Excelentes consejos para comer sano y con el valor nutricional que se requiere, y si hacemos ejercicio es lo mejor.
Saludos desde Aguascalientes, México
Hola Carmen,
Nos tenemos que concienciar, que la comida que nos vende la industria es basura, está tan modificada, que nos perjudica seriamente a la salud.
La lactosa es una de ella, la leche no tiene nada que ver con la que tomaban mi madres de pequeños, ahora es agua.
Me da mucha tristeza que la industria alimenticia, cada vez, hay más comida basura que se promociona muy barata y la comida real, esta carísima y se la demoniza.
Por que en los supermercados, tenemos ofertas de bollos, patatas de todo tipo, etc… a 1€ y la alimentación real, muy pocas veces hay ofertas interesantes.
¿Por que sera?
Un saludo
Pablo
Buenas tardes Carmen,
Discrepo tu comentario, no es una forma de comer sano, es un estilo de vida (intolerantes) que en muy pocas personas se revierte.
Me da rabia que la industria lo halla transformado como, «vida sana» «salud sana» «sin grasas», es sano para la gente que tiene problemas intestinales.
Por otro lado, es otro tema como están elaboradas la leche por la industria (es muy largo para escribir).
Y claro que es buenísimo una alimentación con comida de verdad y deporte, para mí, es la mejor alimentación.
Esta es mi opinión sobre la intolerancia.
Muchísimas gracias por tu comentario.
Pablo